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Brasil: Tribunal electoral rechazó la candidatura de Lula

Brasil: Tribunal electoral rechazó la candidatura de Lula

El Tribunal Superior Electoral (TSE) rechazó la candidatura del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, tras una maratónica sesión de más de ocho horas que terminó la madrugada del sábado. Los jueces del TSE adoptaron esa decisión por seis votos a uno.

El TSE prohibió realizar actos de campaña a Lula, ordenó retirar su nombre de las urnas electrónicas y dio plazo al PT hasta el 12 de septiembre para encontrarle un reemplazante.

Ante la medida tomada por el tribunal electoral el PT aseguró  en un comunicado  que «seguirá luchando por todos los medios para garantizar su candidatura en las elecciones del 7 de octubre».  «Vamos a presentar todos los recursos en los tribunales»; «vamos a defender a Lula en las calles, junto al pueblo, porque es el candidato de la esperanza».

Ante esta medida el candidato, por el momento, a vicepresidente de Lula aseguró que el lunes por la mañana visitará a al ex presidente  en la cárcel de Curitiba donde purga una pena de doce años y un mes de cárcel por corrupción y lavado de dinero, y que por la tarde participará en mítines en Porto Alegre. En esa reunión podría decidirse si Fernando Haddad se convertirá finalmente en el suceder de Lula Da Silva.

El ex alcade de Sao Paulo Fernando Haddad, podrá hacer campaña mientras el PT define quién sustituirá al exmandatario como candidato al palacio de Planalto. Estas elecciones son vitales para el país ya que no sólo se elige al presidente sino también a los parlamentarios y gobernadores por lo que se reconfigura el mapa de poder en Brasil.

Ficha Limpia:

Lula fue condenado en aplicación de la ley de  la denominada «Ficha Limpia», promulgada bajo su presidencia, que impide a un condenado en segunda instancia presentarse a cargos electorales.

Sus defensores, y el juez que votó a su favor, afirmaban que un reciente pedido de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU para que el líder de la izquierda pueda hacer campaña, incluso desde la cárcel, tiene carácter vinculante. Los magistrados que votaron en contra sostuvieron que durante su mandato el gobierno de Lula no llevó adelante  el proceso vinculante mediante el protocolo presidencial, además de asegurar que en la jurisprudencia internacional había casos similares que apoyaban su decisión de no tomar el pedido de la ONU como vinculante en la justicia electoral brasileña.

Encuestas:

Una encuesta de Datafolha le atribuyó a  Lula la semana pasada el 39% de intenciones de voto, 20 puntos más que el ultraderechista Jair Bolsonaro, su más inmediato seguidor. El sondeo indica además que derrotaría a cualquier adversario en una segunda vuelta. En su ausencia, Bolsonaro iría a una segunda vuelta con la ecologista Marina Silva, una exministra de Lula, aunque su fortaleza actual podría debilitarse por el escaso espacio que tendrán en la propaganda gratuita por televisión, que se atribuyen en función del tamaño de las bancadas de los candidatos en la Cámara de Diputados.

Sin Lula:

En una elección sin Lula, el apoyo a Bolsonaro pasaría de 19% a 22%; seguido por la ecologista Marina Silva, con 16%. Y en una segunda vuelta entre ellos, la exministra de Medio Ambiente derrotaría al excapitán el Ejército por once puntos de ventaja (45% a 34%).

El propio compañero de fórmula de Lula, Fernando Haddad, que podría sustituirlo, obtendría solo 4%. La transferencia de votos del expresidente (2003-2010) parece además difícil, dado que solo un 31% de los electores de Lula afirma que votaría por quien indique su líder, frente a un 48% que no acataría forzosamente una consigna.

Propaganda electoral, la clave

Los anuncios gratuitos atribuidos a los trece candidatos totalizan 25 minutos, tres veces por semana, divididos en dos bloques de 12 minutos y medio a las 13H00 y a las 20H30, hasta el 4 de octubre.

Los candidatos también dispondrán de varias inserciones de 30 segundos entre la programación de las cadenas. El diario O Globo recordó que cuatro de las últimas seis elecciones las ganó el candidato que dispuso de mayor tiempo televisivo.

En esta campaña producto de las denuncias de corrupción no están permitidos los aportes privados por lo que los debates presidenciales tienen aún mayor fuerza.

Si bien las redes sociales generaron en el pasado grandes movimientos de gente y fueron fundamentales para las convocatorias de masas, la TV sigue siendo crucial  para definir el voto del 7 de octubre.

En Brasil  más de un tercio de la población carece de acceso a Internet, en tanto que un 62% tiene en la televisión el principal medio para informarse sobre la campaña y sus candidatos.  El Tribunal Superior Electoral (TSE) distribuye esos preciosos minutos y segundos en función del peso de los partidos y las coaliciones, que en gran medida se forman pensando en el tiempo «de exposición» que lograrán obtener los martes, jueves y sábados para las presidenciales y los demás días para las legislativas y de gobernadores. Los candidatos con mucho tiempo tendrán una gran ventaja competitiva.

El exalcalde de Sao Paulo Geraldo Alckmin, del PSDB (centroderecha), en un discreto cuarto lugar en las encuestas, sin Lula, espera llegar a la segunda vuelta gracias al «tiempo de TV». Para ello, se alió con un fructífero bloque de partidos conservadores, que le permitió quedarse con casi la mitad (5,32 minutos) de los 12,5 minutos disponibles en cada bloque. Tendrá  además de 434 inserciones a lo largo de la campaña.

El Partido de los Trabajadores (PT)  líder en los sondeos, dispondrá del segundo mayor tiempo de propaganda (2,23 minutos por bloque y 188 inserciones).

Futuro incierto:

A la destitución de Dilma, los escándalos de corrupción que involucran a gran parte de la clase política y empresarial, entre los señalados esta incluso el actual presidente Temer, salvado por el congreso, se suma ahora la prohibición de participar del político con mayor intención de voto. Ante este escenario los votantes, deberán inclinarse por un candidato de extrema derecha antisistema y una ex ministra que en el pasado logro un tercer lugar en las presidenciales que llevaron a Dilma al poder o un tercer candidato que suja gracias a la propaganda electoral.  Todo esto lleva a que el futuro sea no sólo es incierto en esta carrera electoral sino en el futuro de Brasil.

Quien gobierne desde enero de 2019 Brasil deberá contar con apoyo en el congreso, en las gobernaciones pero además contar con el apoyo de la gente, la única manera de fortalecer una democracia en crisis. Debilitada por un esquema de corrupción generalizado y con el candidato con mayor intención de voto fuera de la elección popular.

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