Europa: La pelea para no recibir a los inmigrantes
El barco Aquarius de Médicos sin Fronteras se convirtió en el epicentro de la polémica en torno a la nueva política europea sobre los inmigrantes. En los últimos días Italia decidió no recibir a los poco más de los 260 personas de varias nacionalidades rescatadas del mar frente a las costas de Libia, tampoco lo hizo Malta. Esta negativa generó polémica entre las propias naciones europeas, Francia crítico a Italia y a su vez Roma le recordó a París que no cumple aún con la “cuota” establecida de inmigfrantes en su territorio.
Finalmente fue España el país que decidió abrir sus puertas, o al menos uno de sus puertos, Valencia, para recibir a las mujeres, hombres y niños, algunos menores están solos, hay mujeres embarazadas.
El nuevo ministro del interior italiano Matteo Salvini ya había anticipado que pensaban expulsar de Italia a medio millón de inmigrantes. Mientras el Aquarius era reabastecido en el mar por barcos italianos, desde España aclararon que sólo se quedarán en el país aquellos que son perseguidos políticos, el resto deberán ser trasladados a refugios. Esto abre un futuro incierto para ellos. Desde 2015 llegaron a Italia 500 mil inmigrantes y un millón más a las costas de Grecia. Las reglas establecen que son estos países los que deberán gestionar los trámites de asilo ya que son los países que primero pisaron los inmigrantes al llegar a Europa. Para enfrentar las crisis inmigratorio la Unión Europea adoptó cuotas para repartirse hasta septiembre de 2017 a los refugiados que habían sido recibidos por Italia y Grecia, pero algunos países del este no recibieron a ningún inmigrante y otras naciones no cumplen con lo acordado.
Pero más allá de las políticas que se tomen en Europa quienes logran escapar de los mercados de esclavos y la muerte, una vez en Libia, no le temen a subirse a un bote repleto y en malas condiciones, menos aún a las políticas de inmigración, sólo quieren llegar del otro lado del mediterráneo.
En los últimos días distintos expertos que siguen de cerca el efecto del cambio climático en la Antártida aseguraron que el derretimiento de sus hielos es aún más acelerado de lo proyectado por lo que millones de personas que viven en zonas costeras se verán afectadas. Por temas políticos, económicas o medioambientales las mareas humanas que se trasladan como pueden por el planeta seguirán aumentando, las políticas restrictivas no parecen que puedan frenar a quienes ya perdieron todo y deciden jugarse la vida por el sueño de un futuro mejor.