LA VACUNA DE PUTIN
El mundo está desde hace medio año en una carrera contra reloj. La pandemia provocada por este virus llevó a miles de millones de seres humanos a modificar por completo su rutina, e hizo volar por los aires las economías de todas las naciones, dejando en evidencia la fragilidad de un sistema que se mostraba, gracias al marketing, como una realidad que podía mantenerse inalterable. Como lo comenté hace unos meses, todos fuimos parte de esa ficción por acción u omisión. No quisimos o no pudimos ver la letra chica del contrato de la matrix en la que nos movimos hasta que la vida como la conocíamos, estallo en mil pedazos.
Es verdad que en algunas regiones del planeta se generan imágenes que nos hacen acordar a esa vida que teníamos hace tan poco. Pero el virus sigue allá afuera y obliga hasta los países más exitosos en la lucha contra el covid a refugiarse de forma sorpresiva como en la época de las pestes.
Nueva Zelanda, un caso de éxito, después de 102 días sin rastro del coronavirus de trasmisión comunitaria tuvo que bloquear a sus ciudadanos en la ciudad de Auckland por sólo 4 casos. Si bien esta situación deberá ser en principio por pocos días, la voz de alarma es suficiente para recordar que el fantasma está aún debajo de la cama.
Otras noticias nos llevaron hasta las bellas playas de Bélgica donde se produjeron batallas campales frente al mar debido a la presencia de muchos turistas. Ante el pedido de la policía de desalojar el lugar, algunas personas se revelaron y decidieron enfrentarse con las fuerzas de seguridad.
Si bien es cierto que en algunas regiones la nueva realidad tiene un sabor a la época pre – pandemia, por momentos un gusto amargo se cruza en el paladar.
La carrera que ya lleva meses, que parecen años, es en parte por una vacuna, vendida por el Sol marketing como la solución de esta crisis.
Muchas naciones y laboratorios se lanzaron a lograr ese objetivo. La idea de alcanzar el “milagro” generó una situación que hizo recordar a la carrera por la conquista del espacio por las grandes potencias. Algo similar se siente en el aire. ¿Será en parte porque el mundo está inmerso en una nueva guerra fría? También hablé en estos meses sobre el adelantamiento de todos los conflictos, producto de esta gigantesca crisis global, entre ellos las disputas por el poder entre China y Estados Unidos. Estos dos gigantes saben que ya no hay forma de ocultar la rivalidad y la necesidad de ocupar los espacios considerados comunes en este pequeño globo. Por esta razón, la vacuna se convirtió en una primera meta y quien la obtenga se colocará la primera cocarda de esta guerra.
Si bien en esta nueva contienda son dos las naciones principales, viejas potencias no pierden las pulgas y por esta razón uno de los hombres en el poder que más conoce los hilos del mundo decidió dar el golpe y recordar su vigencia. La declaración por parte de Putin de ya contar con la vacuna, es una muestra de poder. A esta altura no es fundamental si es ciento por ciento efectiva sino cómo quien desde hace años se adelanta a todas las jugadas en este tablero mundial, supo hacer un movimiento que dejó al resto de sus competidores mordiéndose los dientes.
Rusia, pese a quien le pese, se adjudicó ser el primer país en registrar la vacuna contra el tan temido covid19.
Mientras en occidente aseguran estar cumpliendo todos los protocolos y los pasos como lo pide la tan cuestionada Organización Mundial de la Salud, Putin sonríe primero, al menos por ahora, en un mundo que parece estar preparándonos cada vez más sorpresas.